
(Foto de Enric Sala, tomada de http://ocean.nationalgeographic.com)
Una historia para pensar.
2010, quien iba a imaginarse que ya pasaron 10 años de que iniciamos el siglo y todas las cosas que hemos vivido. Que bueno que tenemos la oportunidad tanto de que yo les pueda compartir algo, así como ustedes de leerlo.
La entrada del blog de esta ocasión es sobre un mail que me mando mi hermana, pues pensó que esto podría servirme para mi crecimiento y vaya que si ha sido útil. Así pues, trascribiré lo enviado por ella para pasarlo ahora a ustedes y les pueda reflejar algo en sus vidas, en especial en este año que empieza.
INICIO: Los Japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas al Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro. Mientras más lejos iban los pescadores más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado. Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.
Para resolver el problema, las compañias instalaron congeladores en los barcos, así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustaba el congelado, que, por lo tanto, tenían que vender mas barato.
Las compañias instalaron entonces en los barcos tanques para los peces. Podían así pescar a los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llevarlos a la costa. Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, aunque vivos.
Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor por que cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco.
Y ¿como resolvieron el problema las compañias japonesas?, ¿como consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? Si las compañias japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?
Mientras piensas en la solución... Lee lo siguiente:
Tan pronto como una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto. Así que solo se relaja. Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería, o quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.
Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla.
Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50:
"Las personas prosperan más cuando hay desafíos en su medio ambiente"("Man Thrives, oddly enough, only in the precence of a challenging environment" investigué que realmente fuera de él.)
Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañias pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también ¡Un Tiburón Pequeño!, claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque ¡Para mantenerse vivos!.
Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él. Así que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre que tan lejos puedes llegar. Unos cuantos tiburones te harán conocer tu potencial para seguir vivo y haciendo lo que mejor haces de la mejor manera posible.
Y si ya los encuentras en tu tanque, déjalos que se muerdan entre sí, que no te asusten sus dientes ni sus trampas... tu sigue alerta, pero siempre "Fresco".
Siempre habrá tiburones a donde vayas... (Y si no los hay... búscalos.) FIN.
Ya llegó el 2010 y tenemos muchas expectativas, pero hay tantas cosas que no sabemos que nos van a pasar. Pero hay cosas que sabemos nos tienen como aburridos, chocados, en esas en especial, invitemos un tiburón que nos desafíe a estar mejor.
Les mando un gran abrazo.
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